jueves, 3 de abril de 2014

KERRI STRUG, Sufrir o Perder

23 de Julio de 1996. Juegos Olímpicos de Atlanta, en Estados Unidos. Final de gimnasia deportiva por equipos, categoría femenina, en el Georgia Dome. El espléndido equipo local -conocido como "las siete magníficas"- se encuentra a un salto de potro, el último de la competición, para lograr la medalla de Oro ante el siempre potente equipo ruso.

Pero Kerry Strug, la protagonista de ese último salto, se tritura literalmente los ligamentos del tobillo izquierdo en su primer intento. Una lesión apreciable en su cojera al salir de la tarima. Rota por el dolor, dispone de 30 segundos para retirarse o repetir. "¡Puedes hacerlo!", le anima su entrenador, el prestigioso Bela Karolyi, padre adoptivo de la mítica Comanechi. Strug toma carrerilla, salta, vuela y clava una caída, terrorífica para su pie y fabulosa para su país. 9,72 puntos de premio, que suponen el Oro para el equipo de Estados Unidos. Todo, gracias al sacrificio de una heroína de 18 años, que levanta a un recinto de 32.000 espectadores cuando recibe su medalla. Era un todo o nada. Perder o ganar sufriendo.

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