Esta es un modelo
que ha sido analizado y estudiado por numerosos trabajos de investigación y en
distintas partes del mundo llegando a un acuerdo unánime de su aplicación en
términos generales. Se considera que por cuestiones vivenciales y
existenciales el condicionamiento para el estado de bienestar, y si queremos en
términos de esta columna “felicidad”, puede variar a lo largo de la vida. Sucede entonces que el
primer pico de bienestar se percibe aproximadamente a la edad de 20 años, a
esta altura en términos generales las personas sienten que se encuentran en un
camino de ida, con sueños, con proyectos, con expectativas nuevas, con
desafíos, con ideas por realizar, y con toda una cantidad de posibilidades que
el destino le ofrece. Acorde pasa el tiempo se va imponiendo necesariamente la
realidad vital. Conforme van pasando las dos décadas siguientes se inicia la
curva descendente. Teniendo en mente este gráfico de la curva decimos que
llegando a la edad de 40 y 50 años, correspondería a la parte inferior de la
“U”.
Si bien los límites de años de esta parte de la
curva de la “U” pueden ser variables, se asume que la etapa que va entre los 40
a aproximadamente 50 años muchas veces se vivencian crisis, cuestionamientos de
orden vital, análisis sobre los logros obtenidos, valoración de la condición de
vida alcanzada, visualización concreta de haber alcanzado o no los logros
preestablecidos, y una cantidad de cuestionamientos de orden vital que muchas
veces pueden resultar decepcionantes por la diferencia que pueda eventualmente
existir entre la expectativa que uno tenía sobre su destino y la realidad
vivencial concreta a la cual uno ha llegado. Nuevamente destaco que esta
situación de curva de la “U” ha sido registrada meticulosamente por distintos
trabajos de investigación en distintos países del mundo.
Superados aproximadamente los 50 años se inicia
de nuevo el recorrido ascendente de la “U”. De manera que desde aproximadamente
los 50 años en adelante se comienzan a valorar cuestiones que hasta entonces
parecían no tener valor. Las personas, acorde van recorriendo la quinta, sexta,
séptima década de la vida o más, comienzan a percibir otras cuestiones como
definitorias en término de “bienestar percibido”, de “felicidad”. Es así que
factores tales como la salud, familia, los hijos, los nietos, los amigos, el
tiempo y el aprovechamiento del mismo, entre otras tantas variables, comienzan
a tener acorde pasa el tiempo, un valor muy importante que la sabiduría de la
vida acredita. Estamos entonces en una etapa en que las personas ya no
comienzan a evaluar lo que pueden conseguir, es una etapa en que se valora lo
que ya se tiene. Esta es una etapa
en que se da mucho más valor a las experiencias de vida que simplemente al
hecho de tener bienes materiales.
Nuestro
desafío es quizá adelantarnos al tiempo, de manera tal que tomando conocimiento
de esta curva de felicidad realicemos un esfuerzo básicamente emocional y
vivencial para adelantarnos y comenzar así a disfrutar lo antes posible de
todas aquellas cosas que verdaderamente tienen valor en la vida.
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