En ocasiones nos olvidamos de que se trata la vida. Nos olvidamos que no somos seres único y que inter actuamos con otras personas de manera diaria. Somos producto de generaciones y generaciones pasada, padres, abuelos, tíos, muchas personas que han aportado en pequeña o gran medida a lo que somos ahora.
Muchas veces no tenemos tiempo, muchas veces preferimos nuestra soledad ha compartir un momento extraordinario con nuestros seres queridos, y lo fácil siempre será llorar cuando esa persona nos ha dejado para siempre.
La semana pasada nos dejó un tío abuelo, el cual te deja muchas enseñanzas y en definitiva es uno de los pilares de quien soy actualmente. Su fortaleza, su carácter, su pasión por la vida se vio reflejada hasta el final. Hoy quiero agradecer por tantas enseñanzas y por todo ese amor incondicional que dio a todos aquellos quienes compartimos en su vida.
El tiempo sigue pasando, no somos inmortales. Es momento de tomar consciencia y aprovechar a todos esos seres queridos, no sabemos hasta cuando estemos por aquí y el lamento posterior no sirve de nada.
Me voy a quedar finalmente con una frase que ese día me desarmó y encierran muchas cosas en algo tan simple "Gracias por quererlo tanto".
lunes, 9 de noviembre de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario