jueves, 30 de abril de 2015

El Regalo de los Insultos

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario.

Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven
guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

—¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad?
¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo
que podría perder la lucha, en vez de mostrarse
como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samuray repuso:

—Si alguien se acerca a ti con un regalo y no
lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?

—Por supuesto, a quien intentó entregarlo —respondió uno de los discípulos.

—Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos —añadió el maestro—.

Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo. Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos: somos los únicos responsables de ellos. Eso es lo que se llama asertividad.

Paulo Coelho

miércoles, 29 de abril de 2015

Problema

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos para escoger a quien tendría ese honor. “Voy a presentarles un problema —dijo—. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo”.

Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: “Este es el problema”. Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor...

¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el florero con determinación y lo tiró al suelo.

“Usted es el nuevo guardián —le dijo el gran maestro, y explicó—: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un florero de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades. Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto lleva consigo”.

Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de nosotros: nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con frecuencia que comparamos nuestros
problemas con los de los demás y decimos: “Su problema no es nada... ¡espere a que le cuente el
mío!”

Se ha dado en llamar “parálisis por análisis” a este proceso de contemplación e inacción. ¿Y la solución?

El Mago


Por qué los magos son adultos?

Desde que recuerdo, hasta conocer a Harry Potter no había conocido ningún mago que no fuera un adulto.

Desde la memoria de Harry Houdini hasta David Copperfiel, desde Mandrake hasta David Blaine, desde Merlín hasta Criss Angel todos los magos son adultos.

¿Nunca se han preguntado por qué?

Yo si. Para hacerlo lo primero es que por supuesto tengo que creer en la magia, que la magia existe y que de alguna forma todos podemos llegar a aprender y ejercer nuestra propia magia en los espacios donde nos desempeñamos.

Mientras me hacia el cuestionamiento me preguntaba al mismo tiempo, que hace que el mago sea mago y que de eso tiene que ver con ser adulto. La respuesta que encontré para mi fue; tiempo, el mago necesita tiempo.

Eso me llevó primero a recordar al aprendiz de brujo de la Película Fantasía encarnado por Mickey Mouse quien poseía de magia pero por no saber usarla causo un desastre inundando la casa de su maestro. De la misma forma recordé, que el mismísimo Harry Potter necesitó años en la academia hasta poder ser llamado con el título de Mago.

Es decir, el mago necesita tiempo. Ahora la pregunta sería tiempo para qué; mis respuestas fueron:

1.   Tiempo para descubrir cuál es su magia y hasta dónde llega su poder.

2.  Tiempo para aprender cómo canalizarla y usarla para construir bienestar a su alrededor.

Porque el truco no esta en desaparecer nada, sino en devolver lo desaparecido con un valor agregado muy particular.

Entonces eso me llevó a la última pregunta; ¿Qué perfiles o competencias tiene todo aquel que se puede llamar Mago?

En un mundo donde cada vez los magos son más jóvenes, lo que se necesita es el tiempo para desarrollar las competencias necesarias para que la magia humana sea de excelencia, a la vez que sustentable lo que sin duda, es lo más importante.

En este caso esto es a lo que llegué. Un mago requiere ser:

1. Apasionado por aquello que va a crear y por los infinitos detalles que lo conforman.

2.Con su carisma y liderazgo es deseoso de crear alegrías que es el alimento primario de la magia.

3. Persistente hasta el punto de repetir miles de veces el conjuro hasta que salga exactamente el resultado deseado.

4. Humilde para aprender, sabiendo ademas que su magia no le pertenece, sino que es un vehículo para crear felicidad productiva.

5. Demostrar con su ejemplo y los hechos su magia, sus resultados y que es capaz de usarla consigo mismo antes que intentar aplicarla o replicarla sobre otros.

Solo un adulto no importa la edad que tenga, tendrá la madurez suficiente para encontrar la fuerza  para seguir adelante hasta ser mas poderoso que su propia magia de tal forma de usarla para construir. Ese es el verdadero desafío.

Al final como dice muy bien David Blaine: "Magia es práctica, entrenamiento y experimentar el dolor empujando hasta el límite, para llegar a ser lo mejor que puedo llegar a ser"


Maickel Melamed

"Si lo sueñas, HAZ QUE PASE"

sábado, 25 de abril de 2015

Ladies Night, una noche sin vergüenza


Seis amigos de juventud han permanecido unidos durante muchos años bajo el patrocinio del Cusumbo’s Fútbol Club y el sponsor del decadente Bar El Papi de La Michelena. Ahora se encuentran todos en el desempleo, en medio de unas circunstancias socio-económicas imposibles de sortear para cualquier mayor de 37 y medio, debido a los vertiginosos cambios sucedidos en el país en los últimos 10 años. 
Viendo un anuncio de periódico del grupo de desnudistas Los Machucaleños, a uno de ellos se le ocurre que el striptis podría constituir la única forma de salir de la miseria en que todos se encuentran. 
Pero necesitan de alguien que les dé el empuje necesario. Esa persona es Sharon, una bailarina exótica que dejará boquiabiertos a los espectadores… 

viernes, 17 de abril de 2015