En el parque, una mujer sentada al lado de un hombre le dijo:
- “Aquel, el de suéter rojo, que está en el tobogán, es mi hijo”. - “Que lindo niño” - respondió el hombre y agregó: - “Aquella, de vestido blanco, pedaleando la bicicleta, es mi hija”
Luego de unos minutos, el hombre llamó a su hija; - “Melissa, que te parece si ya nos vamos?” - “Cinco minutos más, papá. Por favor. Solo 5 minutos más”
El hombre concordó y Melissa continuó pedaleando su bicicleta.
Pasaron 5 minutos y el padre volvió a llamar nuevamente a su hija; - “Es hora de irnos, Melissa”
Nuevamente, Melissa pidió: - “5 minutos más por favor papá”
El hombre sonrió y dijo: - “Está bien, mi amor” - “Con seguridad, Ud. es un padre muy paciente” – comentó la mujer sentada a su lado.
El hombre sonrió y dijo: - “El hermano mayor de Melissa, fue muerto el año pasado, por un chofer borracho, cuando estaba andando en bicicleta, no muy lejos de aquí. Yo nunca dediqué mucho tiempo a mi hijo y ahora daría cualquier cosa por estar con él cinco minutos más. Desde entonces me prometí, no cometer el mismo error con Melissa. Ella piensa que tiene 5 minutos más para andar en bicicleta, pero la verdad es que yo tengo 5 minutos más para verla disfrutar”. Siempre en la vida, establecemos prioridades:
¿Cuáles son las tuyas? Recuerda que, no todo lo que es importante, es prioritario y no todo lo que es necesario, es indispensable.
Da hoy, a alguien que quieras, cinco minutos más de tu tiempo.
viernes, 23 de marzo de 2012
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