viernes, 30 de marzo de 2012

Aprendí


martes, 27 de marzo de 2012

Día de Suerte

Tengo un pobre corazón
que a veces se rompió
se apagó pero nunca se rindió.

Entre estrellas de cartón perdí la ilusión
que llegara un ángel me levante
y que me pida que lo ame.

Y de pronto un día de suerte
se me hizo conocerte
y te cruzaste en mi camino
ahora creo en el destino.

Tenerte por siempre conmigo
pero más suerte es quererte tanto
que tu sientas lo mismo.

Dicen que este loco amor
no tiene solución
que tu mundo y mi mundo no
que tu mundo y mi mundo no.

Entre estrellas de cartón perdí la ilusión
que llegara un ángel me levante
y que me pida que lo ame.

Y de pronto un día de suerte
se me hizo conocerte
y te cruzaste en mi camino
ahora creo en el destino.

Tenerte por siempre conmigo
pero más suerte es quererte tanto
que tu sientas lo mismo.

Y de pronto un día de suerte
se me hizo conocerte
y te cruzaste en mi camino
ahora creo en el destino.

Tenerte por siempre conmigo
pero más suerte es quererte tanto
pero mas suerte es quererte tanto
y que tu sientas lo mismo.

sábado, 24 de marzo de 2012

Bolero para una Virgen (Cómplice Eterno)

Reglas de la Vida


Muy cierto y aplicable.  A veces las conocemos pero no actuamos. Tan simples y complejas a la vez.

viernes, 23 de marzo de 2012

Paciencia

En el parque, una mujer sentada al lado de un hombre le dijo: 
- “Aquel, el de suéter rojo, que está en el tobogán, es mi hijo”. - “Que lindo niño” - respondió el hombre y agregó: - “Aquella, de vestido blanco, pedaleando la bicicleta, es mi hija” 

Luego de unos minutos, el hombre llamó a su hija; - “Melissa, que te parece si ya nos vamos?” - “Cinco minutos más, papá. Por favor. Solo 5 minutos más” 

El hombre concordó y Melissa continuó pedaleando su bicicleta. 

Pasaron  5 minutos y el padre volvió a llamar nuevamente a su hija; - “Es hora de irnos, Melissa” 

Nuevamente, Melissa pidió: - “5 minutos más por favor papá”   

El hombre sonrió y dijo: - “Está bien, mi amor” - “Con seguridad, Ud. es un padre muy paciente” – comentó la mujer sentada a su lado.   

El hombre sonrió y dijo: - “El hermano mayor de Melissa, fue muerto el año pasado, por un chofer borracho, cuando estaba andando en bicicleta, no muy lejos de aquí. Yo nunca dediqué mucho tiempo a mi hijo y ahora daría cualquier cosa por estar con él  cinco minutos más. Desde entonces me prometí, no cometer el mismo error con Melissa. Ella piensa que tiene  5 minutos más para andar en bicicleta, pero la verdad es que yo tengo  5 minutos más para verla disfrutar”.   Siempre en la vida, establecemos prioridades: 


¿Cuáles son las tuyas? Recuerda que, no todo lo que es importante, es prioritario y no todo lo que es necesario, es indispensable.
Da hoy, a alguien que quieras, cinco minutos más de tu tiempo.
 

jueves, 22 de marzo de 2012

miércoles, 21 de marzo de 2012

VIVE


martes, 20 de marzo de 2012

lunes, 19 de marzo de 2012

Franco De Vita - Fuera De Este Mundo

La Lección de la Mariposa


Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo; un hombre se sentó y observó por varias horas como la mariposa se esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño agujero. Al cabo de un tiempo, pareció que ella ya no lograba ningún progreso. Que había ido lo más lejos que podía en su intento y que no podría avanzar más.
Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa: tomó una tijera y cortó el resto del capullo. Así, la Mariposa salió fácilmente.
Pero su cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenía las alas aplastadas.
El hombre continuó observándola porque esperaba que, en cualquier momento, sus alas se abrirían, se agitarían y serían capaces de soportar el cuerpo, el que a su vez, iría tomando forma. ¡Nada ocurrió!
En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo deforme y alas atrofiadas. Ella nunca fue capaz de volar.
Lo que el hombre, en su gentileza y voluntad de ayudar, no comprendía, era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa pasara a través de la pequeña abertura, era el modo por el cual Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas, de tal forma que ella estaría pronta para volar una vez que estuviera libre del capullo.
Algunas veces, el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra vida.
Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin obstáculos, seríamos lisiados.
No tendríamos la fuerza que podríamos haber tenido, y nunca podríamos volar.
Pedí fuerzas... y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría... y Dios me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad... y Dios me dio un cerebro y músculos para trabajar.
Pedí coraje... y Dios me dio obstáculos que superar.
Pedí amor... y Dios me dio personas para ayudar.
Pedí favores... y Dios me dio oportunidades.
"No recibí nada de lo que pedí... pero recibí todo lo que necesitaba".

viernes, 16 de marzo de 2012

Grabado en Piedra

Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto.
En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena: 
MI MEJOR AMIGO ME DIO HOY UNA BOFETADA.
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó. Después de recuperarse, escribió en una piedra:
MI MEJOR AMIGO HOY SALVO MI VIDA.
El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó:
- Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Porqué?
El otro amigo le respondió:
- Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo.  Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo.
APRENDE A ESCRIBIR TUS HERIDAS EN LA ARENA Y GRABAR EN PIEDRA TUS VENTURAS.
Dicen que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla.



martes, 6 de marzo de 2012

Matrimonio


Cuando llegue a casa esa noche mientras mi esposa servía la cena, la tomé de la mano y le dije: tengo algo que decirte. Solo se sentó a comer en silencio. Yo podía observar el dolor en sus ojos. 
De pronto  ya no sabía como abrir mi boca. Pero tenía que decirle lo que pensaba. Quiero el divorcio......le dije lo más suave que pude. 

Mis palabras parecieron no molestarle. Al contrario, muy tranquilamente me preguntó, ¿por qué? 

Evite su pregunta con mi silencio, esto le hizo enfurecer. Tiró los utensilios y me gritó, ¡no pareces hombre! Esa noche, ya no hablamos más. Ella lloraba en silencio. Yo sabía que quería saber que le había pasado a nuestro matrimonio. Pero yo no hubiera podido darle una respuesta satisfactoria. Mi corazón ahora le pertenecía a Eloísa. Ya no la amaba, solo me daba lástima. 

Con un gran sentido de culpa, redacte un acuerdo de divorcio en el que le daba nuestra casa, nuestro auto y un 30% de las acciones de mi empresa 

Después de leerlo ella lo rompió en pedazos. La mujer que había estado diez años de su vida conmigo ahora era una extraña. Me sentí mal por todo ese tiempo y energía que desperdició conmigo. Todo eso que yo nunca le podría reponer. Pero ahora ya no había marcha atrás, yo amaba a Eloísa.

 
Por fin mi esposa soltó el llanto frente a mí, eso era lo que yo esperaba desde el principio. Verla llorar me tranquilizaba un poco, ya que la idea del divorcio que me preocupaba tanto ahora era más clara que nunca. 

El siguiente día, llegue a casa muy tarde y ella estaba en la mesa escribiendo algo. Yo no había cenado, había pasado un día muy intenso con Eloísa y tenía más sueño que hambre y mejor me retiré a dormir. 

Desperté en la madrugada, ella todavía estaba escribiendo. La verdad no me importó y solo me acomodé de nuevo en cama y seguí durmiendo. 

En la mañana me presentó sus condiciones para aceptar divorciarse: No quería nada de mí, pero necesitaba un mes antes de firmar el divorcio, me pidió que en ese mes tratáramos de vivir una vida lo más normal posible. Sus razones eran simples: nuestro hijo tenía unos exámenes muy importantes en este mes y no lo quería mortificar con la noticia del matrimonio frustrado de sus padres. 

Esto era algo en lo que yo también estaba de acuerdo. Pero había más, me pidió que me acordara como la cargue el día de nuestra boda. 

Quería que cada día de este mes, la cargara de nuestro cuarto hasta la puerta de la casa....... pensé que se estaba volviendo loca. Pero decidí aceptar este raro requisito con tal de que este mes pasara sin más peleas o malos momentos. 

Le platiqué a Eloísa de las condiciones que puso mi esposa......se rió bastante y pensó que era muy absurdo. Dijo en tono burlón: no importa los trucos que se invente, tiene que aceptar la realidad que se van a divorciar. 

Desde que le expresé mis intenciones de divorcio mi esposa y yo no teníamos ningún contacto íntimo. El primer día que la cargue se me hizo un poco difícil. Nuestro hijo nos vio y aplaudió de felicidad al vernos y dijo, papá me da gusto que quieras mucho a mi mamá. Sus palabras me causaron un poco de dolor. Desde nuestra habitación hasta la puerta de enfrente camine como diez metros con ella en mis brazos. Ella cerró sus ojos y me dijo al oído que no le dijera al niño del divorcio. Me sentí muy incomodo, la baje y ella caminó a tomar el autobús para ir a trabajar. Yo manejé solo a mi trabajo. 

El segundo día fue un poco más fácil. Ella se recargo ligeramente en mi pecho. Podía oler la fragancia de su blusa. Me di cuenta que desde hace tiempo no le había puesto mucha atención a esta mujer. Me di cuenta que ya no era tan joven, había un poco de arrugas en su cara, su pelo ya mostraba canas. Ese era el precio de nuestro matrimonio. Por un minuto me pregunté que si yo era el responsable de esto. 

A el cuarto día, cuando la cargue. Sentí que regresaba un poco de intimidad. Esta era la mujer que me había dado diez años de su vida. 

El quinto y sexto día, me di cuenta que el sentimiento crecía otra vez. No le platique nada de esto a Eloísa. Conforme los días pasaban se me hacia mas fácil cargarla. Quizás el ejercicio de hacerlo me estaba haciendo más fuerte. 

Una mañana la vi que estaba buscando un vestido para ponerse, pero no encontraba nada que le quedaba. Solo suspiró y dijo, todos mis vestidos me quedan grandes. Es ahí donde me di cuenta que por eso se me hacía muy fácil cargarla. Estaba perdiendo mucho peso, estaba muy pero muy delgada. 

De repente entendí la razón......estaba sumergida en tanto dolor y amargura en su corazón. Inconscientemente le toque la frente. 

Nuestro hijo entró en ese momento y dijo, Papá es tiempo que cargues a mamá. El ver a su papá cargar a su mamá todos los días se le había hecho costumbre. Mi esposa le dio un fuerte abrazo. Yo mejor miré hacia otro lado por temor a que esta conmovedora imagen me hiciera cambiar de planes. Entonces la cargué, y empecé a caminar hacia la puerta, su mano acarició mi cuello, y yo la apreté fuerte con mis brazos, justo como el día que nos casamos. 
Pero su estado físico me causó tristeza. Ese día, cuando la cargue sentí que no me podía ni mover. Nuestro hijo ya se había ido a la escuela. La abrasé fuerte y le dije, nunca me di cuenta que a nuestra vida le hacía falta algo así. 

Me fui a trabajar.....salte fuera de mi auto sin poner llave a la puerta. Temía que cualquier momento podría cambiar de opinión.....subí las escaleras, Eloísa abrió la puerta y le dije, Lo siento mucho pero ya no me voy a divorciar. 

No podía creer lo que le estaba diciendo, hasta me tocó la frente y me preguntó si tenía fiebre. Quité su mano de mi frente y le dije de nuevo. Lo siento Eloísa, ya no me voy a divorciar. Mi matrimonio era muy aburrido porque ni ella ni yo supimos apreciar los pequeños detalles de nuestras vidas. No porque ya no nos amaramos.   Ahora me doy cuenta que cuando nos casamos y la cargue por primera vez esa responsabilidad es mía hasta que la muerte nos separe. 
  
Eloísa en este momento salió del shock y me dio una fuerte bofetada, y llorando cerró su puerta. Corriendo bajé las escaleras y me fui de ahí. 

Paré en una florería, ordené un bonito ramo para mi esposa. La chica me preguntó que le ponía a la tarjeta. Sonreí y escribí, " siempre te llevaré en mis brazos hasta que la muerte nos separe" 

Esa noche cuando llegué a casa, con las flores en mis manos y una sonrisa en mi cara, subí a nuestro cuarto........solo para encontrar a mi esposa en su cama.....Muerta 

Los pequeños detalles es lo que de verdad importa en una relación. No la mansión, el carro, propiedades o dinero en el banco. Estos crean un falso sentido de felicidad que no lo es todo. Mejor encuentra tiempo para ser el amigo de tu esposo o esposa, y tómense todo el tiempo necesario con esos pequeños detalles que hacen la diferencia. Que tengan un feliz matrimonio