Oh Señor de todas las Criaturas,
haz que el hombre, mi dueño,
sea tan fiel a todos los hombres,
como le soy fiel.
Haz que sea tan cariñoso
con su familia y sus amigos
como yo lo soy con él.
Haz que custodie honradamente
los bienes que Tú le confías,
como honradamente
custodio los suyos.
Dale, Oh Señor, una sonrisa
fácil y espontánea,
como fácil y espontáneamente
muevo mi cola.
Haz que esté siempre
dispuesto a la gratitud
como estoy siempre pronto
a lamer su mano.
Concédele una paciencia
como la mía;
espero su retorno
sin quejarme nunca.
Dale mi coraje y rapidez
para sacrificar todo por él,
desde cualquier comodidad
y hasta la vida misma.
Consérvale
mi juventud de corazón
y mi alegría
de pensamiento.
Oh Señor de todas las Criaturas,
como yo soy siempre verdaderamente perro,
haz que él sea siempre
verdaderamente hombre.
miércoles, 5 de agosto de 2009
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