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domingo, 26 de febrero de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
domingo, 12 de febrero de 2012
Las Estrellas - Caramelos de Cianuro
Yo se que solo he sido un vagabundo
un sin vergüenza, un perro inmundo
una bala perdida, una hoja caída
entonces cuando pienso en el pasado
en todo lo que me has dado
se esfumo el argumento con el cual me defiendo
Como cartas tus sorpresas en la mesa
son pequeños milagros cotidianos.
Y cuento una a una las estrellas
se que todas ellas
son flores que en el cielo crecen para ti
y así vas ascendiendo a las alturas
yo me quedo a oscuras
pero no siento miedo debe ser así.
Todo lo que a ti te sale al natural
a mi me sale mal es cierto no te miento
si te digo que lo sabes hacer todo bien
hasta el amor también despacio aprendes rápido
escucho tus consejos o todos o ninguno
son pequeños enigmas oportunos.
Y cuento una a una las estrellas
se que todas ellas
son flores que en el cielo crecen para ti
y así vas ascendiendo a las alturas
yo me quedo a oscuras
pero no siento miedo debe ser así.
Cuento una a una las estrellas
se que todas ellas
son flores que en el cielo crecen para ti
y así vas ascendiendo a las alturas
yo me quedo a oscuras
pero no siento miedo debe ser así
debe ser así.
viernes, 10 de febrero de 2012
Saliendo con otra mujer
Mi esposa me recomendó salir con otra mujer.
Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
“Tu sabes que la amas” -me dijo un día, tomándome por sorpresa. La vida es muy corta, dedícale tiempo. “Pero yo te amo a Ti” – protesté.
Lo sé. Pero también la amas a Ella.
La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi Madre, viuda desde hace unos años, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente.
… Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.
“¿Qué te ocurre?
¿Estás bien?” me preguntó.
Mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde, en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
“Creí que sería agradable pasar algún tiempo Contigo”, le respondí. ”Los dos solitos”!……. ¿Qué opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. “Me gustaría muchísimo”, dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede una cita……..
Y, Por Dios, cuando llegué a su casa, vi que Ella también estaba muy emocionada!
Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se había rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas, su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
“Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas”- me comentó mientras subía a mi auto-
“No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada”. Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero si muy acogedor, mi Madre se aferró a mi brazo como si fuera “La Primera Dama de la Nación”.
Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras.
Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista; mi Mamá está sentada al otro lado de la mesa y sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
“Era Yo quien te leía el menú cuando eras pequeño ¿Recuerdas?“
“Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor” -respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación, nada extraordinario, sólo ponernos al día uno con la vida del otro.
Hablamos tanto que nos perdimos el cine ”Saldré Contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, ” dijo mi madre cuando la llevé a su casa, asentí, la besé, la abracé.
¿”Cómo estuvo la cita?” – quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.
“Muy agradable, gracias. Mucho más de lo que imagine”, le contesté.
Días mas tarde mi Madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada.
Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi Madre y Yo, y una nota que decía:
“La cena está pagada por anticipado, estaba casi segura que no podría estar allí, pero igual pagué para dos, para Ti y tu Esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para Mi. ¡Te amo”!…… Tu Mamá.
En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo “TE AMO” y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu Familia, dales tiempo porque ellos no pueden esperar.
Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
“Tu sabes que la amas” -me dijo un día, tomándome por sorpresa. La vida es muy corta, dedícale tiempo. “Pero yo te amo a Ti” – protesté.
Lo sé. Pero también la amas a Ella.
La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi Madre, viuda desde hace unos años, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente.
… Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.
“¿Qué te ocurre?
¿Estás bien?” me preguntó.
Mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde, en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
“Creí que sería agradable pasar algún tiempo Contigo”, le respondí. ”Los dos solitos”!……. ¿Qué opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. “Me gustaría muchísimo”, dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede una cita……..
Y, Por Dios, cuando llegué a su casa, vi que Ella también estaba muy emocionada!
Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se había rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas, su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
“Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas”- me comentó mientras subía a mi auto-
“No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada”. Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero si muy acogedor, mi Madre se aferró a mi brazo como si fuera “La Primera Dama de la Nación”.
Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras.
Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista; mi Mamá está sentada al otro lado de la mesa y sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
“Era Yo quien te leía el menú cuando eras pequeño ¿Recuerdas?“
“Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor” -respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación, nada extraordinario, sólo ponernos al día uno con la vida del otro.
Hablamos tanto que nos perdimos el cine ”Saldré Contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, ” dijo mi madre cuando la llevé a su casa, asentí, la besé, la abracé.
¿”Cómo estuvo la cita?” – quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.
“Muy agradable, gracias. Mucho más de lo que imagine”, le contesté.
Días mas tarde mi Madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada.
Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi Madre y Yo, y una nota que decía:
“La cena está pagada por anticipado, estaba casi segura que no podría estar allí, pero igual pagué para dos, para Ti y tu Esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para Mi. ¡Te amo”!…… Tu Mamá.
En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo “TE AMO” y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu Familia, dales tiempo porque ellos no pueden esperar.
jueves, 9 de febrero de 2012
Papas en la Mochila
Ese día, el maestro nos había pedido que lleváramos papas crudas y una bolsa de plástico.
Escogimos una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento, escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa.
Nos pidió que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas en la mochila. ¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!
Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso que cargaba a diario.
También aprendí como, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla, desatendía cosas que eran más importantes para mi.
Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagaba por no perdonar algo que ya había pasado y no podía cambiarse.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los primeros beneficiados somos nosotros mismos.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra “mochila” sentimental. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces al primero que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron como hubieras querido.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes.
Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.
EL PERDON ES UNA DECISION, NO UN SENTIMIENTO.
domingo, 5 de febrero de 2012
Algo muy importante
Cuando
yo era muy joven, mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del
cuerpo. Yo pensaba que el sonido era muy importante para nosotros, los seres
humanos, entonces le dije:
- Mis
oídos.
- No – dijo ella – muchas personas son sordas…
Pasó un tiempo y mi madre volvió a preguntar. Yo había
pensado bastante y creía tener la respuesta correcta.
- La
visión es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos.
Ella me miró y dijo:
- Todavía no tienes la respuesta correcta, porque hay
muchas personas que son ciegas…
Siempre creí que era apenas un juego entre nosotros
dos. Pero el día que murió mi abuelo, y ante mi dolor ella dijo:
- Hoy es un día en que necesitas aprender esta
importante lección. La parte más importante del cuerpo son tus hombros.
Intrigado, pregunté:
-
¿Por qué ellos sostienen mi cabeza?
- No – respondió – es porque en ellos pueden apoyar la
cabeza de un amigo o a alguien amado cuando llora. Todos necesitamos de un
hombro para llorar en algún momento de nuestra vida.
En esa ocasión descubrí cuál es la parte del cuerpo
más importante. Porque, en aquel momento, quién necesitó un hombro fui yo. Quiero
que tu también tengas bastante amor y amigos, y que tus hombros estén siempre
cuando alguien los necesite.
No olvides que:
“Las personas podrán olvidar lo que tu dices… olvidarán lo que tu haces… pero nunca olvidarán lo que tú les haces sentir”.
“Los buenos amigos son como estrellas… no siempre los ves, pero sabes que siempre están”.
“Las personas podrán olvidar lo que tu dices… olvidarán lo que tu haces… pero nunca olvidarán lo que tú les haces sentir”.
“Los buenos amigos son como estrellas… no siempre los ves, pero sabes que siempre están”.
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