viernes, 26 de marzo de 2010

La Vaca

Cuenta la leyenda que cierto Maestro marchaba por los caminos con su aprendiz.

Un día, arriban a un pobre vivienda al lado del camino y se acercan a pedir alimento.

Con buena voluntad, los humildes habitantes del lugar les ofrecen lo poco que tenían.

Al verlos tan pobres, el Maestro les pregunta: “Cómo hacen para vivir ?” y, el dueño de la casa le comenta: “Pues Usted verá, tenemos aquella vaquita que nos da leche. Tomamos algo y con el resto hacemos queso que vendemos en el pueblo y, con lo que obtenemos de la venta, compramos lo que podemos. Somos pobres, pero gracias a la vaquita vamos viviendo”.

Luego de dormir un rato a un costado de la vivienda y siendo aún de noche, el Maestro despierta al aprendiz para seguir la marcha. A poco que se habían alejado de la vivienda, le dijo: “Regresa a la casa, toma la vaca y arrójala por el acantilado”.

El muchacho se espantó, pero, fiel a su voto de obediencia, cumplió con las órdenes del Maestro. Su sentimiento fue de horror y nunca pudo superar el trauma que esta cruel instrucción le causó en su espíritu.

Años después, este joven aprendiz ya adulto y habiendo abandonado al Maestro, tuvo en suerte volver a pasar por el mismo camino. Su espíritu no pudo menos que sobrecogerse al recordar la terrible acción que había cometido y buscó la pobre casita para enterarse cuál había sido el destino de la humilde familia.

Le costó encontrarla… dónde antes había estado la humilde vivienda ahora había un bella casita, con un jardín cuidado, una huerta, flores y varios animales de corral.

“Pobre gente” -pensó para sus adentros- “… con mi ciega obediencia, al matar su vaquita les causé un daño irreparable y tuvieron que irse…”. Se acercó y golpeó sus manos para llamar la atención de los moradores.

Un hombre mayor salió a recibirlo, su rostro denotaba felicidad y su ropa era prolija y agradable… le resultó vagamente conocido.

“Señor” -preguntó- “me podría decir qué fue de la familia que vivía en esta casa años atrás?”

“Pues… Usted verá… nosotros vivimos en esta casa desde siempre, nunca ha pertenecido a otra familia”

Sorprendido el joven insistió: “Pero, aquí vivía una familia humilde a la que tuve la suerte de conocer hace muchos años atrás, acaso son la misma familia que conocí?, cómo hicieron para progresar tanto ?”

“Ohhh… no lo recuerdo… pero ya que pregunta no tengo inconveniente en contarle… nosotros vivíamos de una vaquita que nos daba la leche y con ella nos arreglábamos para subsistir. Cierto día, la vaquita murió despeñada en el barranco y tuvimos que aguzar nuestro ingenio para sobrevivir. Mis hijos empezaron una huerta y sus productos nos alimentaron y nos permitieron abastecer el mercado local, yo aprendí las artes de la alfarería y me convertí en un afamado artesano, hoy vienen desde lejos a comprar mis piezas, mi esposa retomó sus trabajos de costura y sus prendas también son requeridas a kilómetros a la redonda Prosperamos y las penurias de la pobreza acabaron para nosotros…

¿Cree Ud. que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde se encuentra?

Muchos de nosotros también tenemos vacas en nuestra vida. Ideas, excusas y justificaciones que nos mantienen atados a la mediocridad, dándonos un falso sentido de estar bien cuando frente a nosotros se encuentra un mundo de oportunidades por descubrir. Oportunidades que sólo podremos apreciar una vez que hayamos “matado” nuestras “vacas”.

jueves, 18 de marzo de 2010

Que es ser feliz…

Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo vos podes evitar que ella vaya en decadencia.

Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.

Me gustarla que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.


Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.

Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino tambien reflexionar sobre la tristeza.

No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.

No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegria en el anonimato.


Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafios, incomprensiones y períodos de crisis.

Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su proprio ser.

Ser feliz es dejar de ser victima de los problemas y volverse un actor de la propria historia.

Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recondito de nuestra alma.

Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.


Ser feliz es no tener miedo de los proprios sentimientos.

Es saber hablar de si mismo.

Es tener coraje para oir un “No”.

Es tener seguridad para recibir una critica, aunque sea injusta.

Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.


Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.

Es tener madurez para decir “Me equivoqué”.

Es tener la osadia para decir “Perdoname”.

Es tener sensibilidad para expresar “Te necesito”.

Es tener capacidad de decir “Te amo”.


Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz…

Que en tus primaveras seas amante de la alegria.

Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduria.

Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.

Pues asi serás cada vez mas apasionado por la vida.


Y descubrirás que…

Ser feliz no es tener una vida perfecta; sino…

Usar las lágrimas para regar la tolerancia.

Usar las perdidas para refinar la paciencia.

Usar las fallas para esculpir la serenidad.

Usar el dolor para lapidar el placer.

Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.


¡Jamas desistas!

Jamas desistas de las personas que amas.

Jamas desistas de ser feliz.

martes, 16 de marzo de 2010

Creer que es posible...

Una joven había tomado clases de ballet durante toda su infancia, y había llegado el momento en que se sentía lista para entregarse a la disciplina que la ayudaría a convertir su afición en profesión.

Deseaba llegar a ser la primera bailarina y quería comprobar si poseía las dotes necesarias, de manera que cuando llegó a su ciudad una gran compañía de ballet, fue a los camerinos luego de una función, y habló con el director.

-Quisiera llegar a ser una gran bailarina, -le dijo, -pero no se si tengo el talento necesario que me hace falta.

-Dame una demostración, -le dijo el maestro.

Transcurrido apenas 5 minutos, la interrumpió, moviendo la cabeza en señal de desaprobación.

-No, no tiene usted condiciones.

-La joven llegó a su casa con el corazón desgarrado, arrojó las zapatillas de baile en un armario y no volvió a calzarlas nunca más, se casó, tuvo hijos y cuando se hicieron un poco mayores, tomó un empleo de cajera en un supermercado.

Años después asistió a una función de ballet, y a la salida se topó con el viejo director que ya era octogenario, ella le recordó la charla que habían tenido años antes, le mostró fotografías de sus hijos y le comentó de su trabajo en el supermercado, luego agregó: -Hay algo que nunca he terminado de entender.

-¿Cómo pudo usted saber tan rápido que yo no tenía condiciones de bailarina?

-Ahhh, apenas la miré cuando Ud. bailó delante de mi, le dije lo que siempre le digo a todas, -le contestó.

-¡Pero eso es imperdonable! -Exclamó ella, -¡arruinó mi vida, pude haber llegado a ser primera bailarina!

-No lo creo, repuso el viejo maestro. -Si hubieras tenido las dotes necesarias, y una verdadera vocación para bailar, no habrías prestado ninguna atención a lo que yo dije.


Sin duda, si te crees perdido, estás perdido y si crees que no puedes, pues no podrás.

Si quieres hacer algo pero lo crees imposible, no creo que triunfes jamás.

En la vida no solo el valiente o el veloz triunfa, tarde o temprano el que siempre vence es el que cree que es posible.

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Zanahoria, huevo o café?

La hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de como las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una de las ollas colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

Su hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: “Querida hija, ¿qué ves?”

-”Zanahorias, huevos y café”, fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.

Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.

Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humíldemente la hija preguntó: -”¿Qué significa esto, padre?”

El entonces le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: el agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte y dura, pero después de pasar por el agua hirviendo, se había vuelto débil y fácil de deshacer.

El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.

Los granos de café sin embargo, eran únicos; después de estar en el agua hirviendo, habían cambiado al agua.

- “¿Cuál eres tú?”, le preguntó a su hija.

- “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?

¿Eres una zanahoria que parece fuerte, pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?. ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero… ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.

¿o eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Y tú, ¿cuál de los tres eres?”

lunes, 1 de marzo de 2010

El buitre, el murciélago y la abeja

Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que este completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza un vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros. Sin espacio para correr, como es su habito, ni siquiera intentara volar sino que quedara prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo..

El murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta que alcanza algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar a si mismo hacia el aire. Entonces, inmediatamente despega rápidamente.

La abeja, al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada de allí. Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo. Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que completamente se destruye a si misma.

En muchas formas, somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera. Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones, sin nunca darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es ver hacia arriba. Esa es la respuesta, la ruta de escape y la solución a cualquier problema. Solo mira hacia arriba!

La tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira hacia alrededor, pero La Fe mira hacia arriba!!!

Vive simplemente, ama generosamente, se solidario profundamente, habla amablemente y confía en nuestro Creador quien nos ama y... MIRA HACIA ARRIBA!


"Somos lo que hacemos día a día,

de manera que el éxito no es un acto

sino un hábito"